En el siguiente documento encontrará un repaso de potenciación y sus propiedades, así como las partes de un polinomio, los …
C35 Y 36. S15. GRADO 9-3. ESPAÑOL. HORA: 10:20 am a 12:10 pm Viernes, 25 de junio
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Viernes, 25 de junio
JOVENES COLOMBIANOS Y EL PARO. CONSTRUIDO CLASE ANERIOR POR LA DOCENTE.
ANALISIS DEL TEXTO, POR ESTRUCTURA, PÁRRAFOS, NUCLEOS Y CATALISIS
SEGUNDA EJERCICIO DE CLASE
LOS JOVENES Y EL PARO.
Por las condiciones sociales, económicas y de salud en Colombia y ante los estragos causados por un año de pandemia, los dirigentes sindicales y las Centrales obreras citaron a paro el día 28 de abril. Todos los gremios se acogieron al llamado en respuesta también, a la indiferencia del gobierno nacional y a las necesidades por las que la mayoría de familias estaban pasando. Los jóvenes de las diferentes universidades y de otros estamentos del país hicieron parte de la marcha multitudinaria y desde tempranas horas de la mañana se encontraron para hacer parte de esta fiesta de protesta.
La protesta se convirtió en un carnaval, en una fiesta de alegría y de conciencia social en donde todos sus integrantes marchaban cantando arengas en contra de la pandemia, del mal manejo por la políticas sociales e institucionales, mientras se fueron sumando más y más marchantes hasta lograr una increíble participación de elementos de todas las instituciones nacionales. Había personas mayores, maestros, maestros universitarios, estudiantes, civiles, personas de la tercera edad, independientes, vendedores ambulantes representantes de esa importante economía informal, gentes del común, es decir estaban presentes y representados todas las posibilidades de ser colombiano. Inicialmente se pensó solo un día de paro, pero por la negación del gobierno, se tomó la decisión de ir más allá y la pasión de los jóvenes por su protesta hizo que se agruparan para enfrentarse con las fuerzas de policía de las diferentes ciudades.
Todos los jóvenes unidos alrededor de un ideal de querer cambiar la dura realidad que nos contiene, pues la pandemia abrió la puerta para mostrar la verdadera condición social de una Colombia llena de necesidades, una nación que en silencio ha sobrellevado la dura carga de su condición social y que vergonzantemente ha guardado su dolor, sus carencias y aguerridamente ha hecho frente a su manera a esos avatares que implican mucho desgaste tanto emocional como físico. Así que, decidieron resistir incondicionalmente de día y noche, convirtiendo los diferentes frentes de la ciudad en campos de batalla, en su lucha contra la fuerza represora de la policía y de los estamentos del Estado. Paralelamente, aparecieron los destructores que se encargaron de vandalizar la ciudad tal vez, agenciados por personas ajenas deseosos de crear el caos. Solo se escuchaban detonaciones de bombas, de balas que se encargaron de ir cegando poco a poco sus vidas.
Las redes sociales, fueron el testimonio en vivo del sufrimiento, la agresión y la respuesta de los muchachos que sin darse cuenta entregaron sus vidas, sus sueños, su futuro y sus ideales cayendo como cartas de naipe pues lo único que querían era más oportunidades, derecho a la Educación, derecho al trabajo, a un país de verdad, con derechos, a la fiesta de la vida, a tener un mejor mañana. También otros que en medio de los enfrentamientos quedaron con alguna discapacidad pue partes de sus cuerpos recibieron artefactos con tanta violencia que los dejaron lisiados. Sus ideales se convirtieron en su sentencia de muerte, en el epígrafe para escribir en sus lápidas dejando a sus familias y en especial a sus Madres sumidas en el más grande dolor y en peores condiciones de cuando todo empezó. Ellos, los suyos nunca pensaron que tendrían que enterrar o perder para siempre sin saber dónde están a sus hijos, hermanos o familiares y que el gozo de la protesta se convirtiera en tanto dolor.
Han pasado unos días un poco largos porque ya casi se completan los dos meses y aún a pesar de que el paro no para y que se han dado treguas para que el país no colapse, siguen cayendo a granel jóvenes implicados y no, porque para el gobierno nacional, los jóvenes futuro de este país, se han convertido en una amenaza y donde quieran que vayan tienen a sus espaldas los ojos de los inquisidores y los esbirros que les persiguen sin descanso, siguiendo las órdenes de una clase poderosa y dominante a la que le asusta la rebeldía, el coraje y la capacidad de enfrentamiento y de lucha con la que ellos han respondido a la agresión indolente de un Estado al que no le importa más que perpetuar su estadía estableciendo el terror y mostrando la crueldad de la que es capaz, solo para que los suyos, los de casta sigan apoderados de un país con dos mares, tan rico, pero sin oportunidades para su pueblo…
ELIZABEH ARANGO R. JUNIO 22 DE 2021. 7:20 am
DE WILLIAM OSPINA
# 1. Parecen cosas que solo ocurren en los cuentos. Tener que quedarse forzosamente en casa, volver a alternar con los hijos, trabajar a distancia, consumir apenas lo indispensable, tratar de tener reservas de las cosas más básicas, querer respirar aire puro, esquivar las aglomeraciones, temer los contactos. Que de pronto se cierren las escuelas, se clausure el comercio, se cancelen los espectáculos, se paralicen las fábricas. Que de un momento a otro las economías se hundan, las monedas colapsen, los transportes se interrumpan, ¿qué nos dice la Tierra con todo esto?
#2. Cuando se presentó la última gran pandemia, la de la gripe española de 1918, no se le experimentó de la misma manera. Era un hecho planetario, pero había que vivirla como un hecho local en todas partes. Ahora, por primera vez, sentimos que nos está ocurriendo lo mismo en el planeta entero. Esta sociedad ultrainformada y ultraglobalizada nos está brindando esa experiencia nueva de compartir la curiosidad, el miedo y la fragilidad de toda la humanidad, nos está haciendo comportar como especie.
#3. Es extraño sentir por primera vez (porque antes fue distinto, y lo vivieron otros) que el tejido de la civilización se conmueve y parece vacilar. Casi nos alcanza el recuerdo de esos viejos oráculos que descifraban señales en el vuelo de las aves, mensajes en los hechos de la naturaleza y en las tragedias de la historia. Ya nada parece azaroso, ni siquiera las formas de las nubes, y al fin se nos revela cuán conectados estamos, de qué manera asombrosa está entretejido este mundo. Entonces cada uno de nosotros se pregunta cuál es el mensaje.
# 4. ¿Que somos muchos ya? ¿Que devorar animales es dañino? ¿Que la mayor parte de los afanes del mundo son vanos? ¿Que la lentitud y la soledad son preferibles? ¿Que las ciudades, más allá de ciertos límites civilizados, son un error y una trampa? ¿Que el modelo económico en que vivimos no solo es desigual e injusto, sino absurdo y asombrosamente frágil? ¿Que las corporaciones pueden derrumbarse con la misma facilidad que los seres humanos? ¿Que lo que llamamos el poder es una brizna de hierba al viento de la historia? ¿Que así como Ricardo al final estaba dispuesto a cambiar su reino por un caballo, hay un momento en que cambiaríamos todas nuestras riquezas por un poco de aire puro en los pulmones, por un sorbo de agua en la garganta?
# 5. Todo viene a recordarnos que podemos vivir sin aviones, pero no sin oxígeno. Que los que más trabajan por la vida y por el mundo no son los gobiernos, sino los árboles. Que la felicidad es la salud, como quería Schopenhauer. Que, como dijo un latino, la religión no es arrodillarse, rezar y suplicar, sino mirarlo todo con un alma tranquila. Que si los humanos trabajamos día y noche por enrarecer la vida, por intoxicar el aire, por arrinconar al resto de los vivientes, por alterar los ritmos de la naturaleza, por destruir su equilibrio, el mundo tiene un saber más antiguo, un sistema de climas que se complementan, de vientos que arrasan, de catástrofes compensatorias, de silencios forzosos, de quietudes obligatorias, ejércitos invisibles que trazan líneas rojas, neutralizan los daños, controlan los excesos, imponen la moderación y equilibran la tierra.
# 6. Después de siglos de atesorar nuestro conocimiento, de valorar nuestro talento, de venerar nuestra audacia, de adorar nuestra fuerza, llega la hora en que también nos toca ponderar nuestra fragilidad, estimar nuestro asombro, respetar nuestro miedo.
# 7. También hay algo poético en el miedo: nos enseña los límites de la fuerza, el alcance de la audacia, el valor verdadero de nuestros méritos. Como el mar, sabe decirnos dónde hay algo que nos supera. Como la gravedad, nos muestra qué poderes están sobre nosotros. Como la muerte y como el cuerpo mismo, nos dice qué mandatos no podemos violar, qué no está permitido, qué frontera es sagrada. Y no lo hace con admoniciones ni discursos ni amenazas, sino con un lenguaje sin palabras, eficiente y sutil como un oráculo, que obra “sin lástima y sin ira”, como dijo un poeta, y que es luminoso e inflexible, como una llama.
# 8. Pero si el miedo es una reacción ante las amenazas del mundo, la angustia es una reacción ante las amenazas de la mente y de la imaginación. Hace evidente el misterio del mundo, aviva la memoria y sus fantasmas, revela la eficacia de lo invisible, el poder de lo desconocido.
# 9. Dicen que lo que no nos destruye nos hace más fuertes. Esa inminencia del desastre pone también un toque de magia aciaga en lo que parecía controlado, un sabor de alucinación en los días, suelta una ráfaga de locura sobre todo lo establecido, un destello de Dios en la prosa del mundo.
# 10. Y sentimos que hay algo que aprender de estas alarmas y peligros. Si todo lo más firme se conmociona, nos enseñan que todo puede cambiar, y no necesariamente para mal. Que si la tormenta lo estremece todo, nosotros también podemos ser la tormenta. Y que en el corazón de las tormentas también puede haber, como decía Chesterton, no una furia, sino un sentimiento y una idea.
# 11. En esa pausa de paciencia y de miedo ganan nuevo sentido las meditaciones de Hamlet y los delirios de don Quijote, los consejos de Cristo y las preguntas de Sócrates, los sueños de Scheherezada y la embriaguez de Omar Kayam. Si hay un mundo cansado y enfermo que cruje y se derrumba, tiene que haber un mundo nuevo que se gesta y que nos desafía.
# 12.- Queremos de pronto decir como Barba Jacob: “¡Dadme vino y llenemos de gritos las montañas!”. Queremos decir, como Nietzsche: “Y que todos los días en que no hayamos danzado por lo menos una vez se pierdan para nosotros, y que nos parezca falsa toda verdad que no traiga consigo cuando menos una alegría”
William Ospina
C30. S15. GRADO 10-3. ESPAÑOL. HORA 8:15 a 9:10 am Viernes, 25 de junio
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C30. S15. GRADO 10-3. ESPAÑOL. HORA: 8:15 a 9:10 am
Jueves, 24 de junio⋅
VIDEOS C30 y 31. S15. GRADO 10-3. ESPAÑOL. HORA: 8:15 a 10:20 am
Jueves, 24 de junio⋅
CARTA ORACION A LA PAZ 1 Y 2 DE JORGE ELIECER GAITAN Y WILLIAM OSPINA
ORACIÓN No 1. POR LA PAZ DE JORGE ELIECER GAITAN
La primera Oración por la Paz fue pronunciada por Jorge Eliécer Gaitán, dirigente del Partido Liberal Colombiano el 7 de febrero de 1948 durante la Marcha del Silencio en Bogotá, contra la persecución y represión desatada por el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez.
Señor Presidente Mariano Ospina Pérez:
Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria.
En todo el día de hoy, Excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de todas las latitudes —de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies— han llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades, para expresar la irrevocable decisión de defender sus derechos. Dos horas hace que la inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado sin embargo un solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están obligados a imponerla no la imponen.
Señor Presidente: Aquí no se oyen aplausos: ¡Solo se ven banderas negras que se agitan!
Señor Presidente: Vos que sois un hombre de universidad debéis comprender de lo que es capaz la disciplina de un partido, que logra contrariar las leyes de la psicología colectiva para recatar la emoción en su silencio, como el de esta inmensa muchedumbre. Bien comprendéis que un partido que logra esto, muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa.
Ninguna colectividad en el mundo ha dado una demostración superior a la presente. Pero si esta manifestación sucede, es porque hay algo grave, y no por triviales razones. Hay un partido de orden capaz de realizar este acto para evitar que la sangre siga derramándose y para que las leyes se cumplan, porque ellas son la expresión de la conciencia general. No me he engañado cuando he dicho que creo en la conciencia del pueblo, porque ese concepto ha sido ratificado ampliamente en esta demostración, donde los vítores y los aplausos desaparecen para que solo se escuche el rumor emocionado de los millares de banderas negras, que aquí se han traído para recordar a nuestros hombres villanamente asesinados.
Señor Presidente: Serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el espíritu de los ciudadanos que llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, para devolver al país la tranquilidad pública. ¡Todo depende ahora de vos! Quienes anegan en sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Esos espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad.
Amamos hondamente a esta nación y no queremos que nuestra barca victoriosa tenga que navegar sobre ríos de sangre hacia el puerto de su destino inexorable.
Señor Presidente: En esta ocasión no os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no transite por caminos que nos avergüencen ante propios y extraños. ¡Os pedimos hechos de paz y de civilización!
Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes. Somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. ¡Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia!
Impedid, Señor, la violencia. Queremos la defensa de la vida humana, que es lo que puede pedir un pueblo. En vez de esta fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la capacidad de trabajo del pueblo para beneficio del progreso de Colombia.
Señor Presidente: Nuestra bandera está enlutada y esta silenciosa muchedumbre y este grito mudo de nuestros corazones solo os reclama: ¡que nos tratéis a nosotros, a nuestras madres, a nuestras esposas, a nuestros hijos y a nuestros bienes, como queráis que os traten a vos, a vuestra madre, a vuestra esposa, a vuestros hijos y a vuestros bienes!
Os decimos finalmente, Excelentísimo señor: bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio.
¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia
William Ospina
Esta segunda “Oración por la Paz” escrita por el poeta, novelista y ensayista colombiano, William Ospina, fue leída en la Plaza de Bolívar, en el acto central de la Movilización por la Paz y la Democracia.
Hace 65 años se alza desde esta tribuna un clamor por la paz de Colombia. 65 años es el tiempo de una vida humana. Eso quiere decir que toda la vida hemos esperado la paz. Y la paz no ha llegado, y no conocemos su rostro.
Es un pueblo muy paciente un pueblo que espera 65, 70, 100 años por la paz. Cien años de soledad. Un pueblo que trabaja, que confía en Dios, que sueña con un futuro digno y feliz, porque, a pesar de lo que digan los sondeos frívolos, no vive un presente digno y no vive un presente feliz. Aquí no nos dan realidades, aquí se especializaron en darnos cifras. El pueblo tiene hambre, pero las cifras dicen que hay abundancia, el pueblo padece más violencia, pero las cifras dicen que, todo mejora. El pueblo es desdichado pero las cifras dicen que es feliz. Ahora comprendemos que un pueblo no puede sentarse a esperar a que llegue la paz, que es necesario sembrar paz para que la paz florezca, que la paz es mucho más que una palabra. El verdadero nombre de la paz es la dignidad de los ciudadanos, la confianza entre los ciudadanos, el afecto entre los ciudadanos.
Y donde hay tanta desigualdad, y tanta discriminación, y tanto desprecio por el pueblo, no puede haber paz. Allí donde no hay empleo difícilmente puede haber paz. Allí donde no hay educación verdadera, respetuosa y generosa, qué difícil que haya paz.
Allí donde la salud es un negocio, ¿cómo puede haber paz? Donde se talan sin conciencia los bosques, no puede haber paz, porque los árboles, que todo lo dan y casi nada piden, que nos dan el agua y el aire, son los seres más pacíficos que existen. Donde los indígenas son acallados, donde son borradas sus culturas, donde es negada su memoria y su grandeza, ¿cómo puede haber paz? Donde los nietos de los esclavos todavía llevan cadenas invisibles, todavía no son vistos como parte sagrada de la nación, ¿a qué podemos llamar paz? La paz parece una palabra, pero en realidad es un mundo. Un mundo de respeto, de generosidad, de oportunidades para todos. Y hay que saber que lo que rompe primero la paz es el egoísmo.
C29. S15. GRADO 10-2. HORA: 7:20 a 8:15 am Viernes, 25 de junio
https://meet.google.com/wjg-tbgt-wky
C29. S15. GRADO 10-2. HORA: 7:20 a 8:15 am
Viernes, 25 de junio
TALLER
ORACIÓN No 1. POR LA PAZ DE JORGE ELIECER GAITAN
Señor Presidente Mariano Ospina Pérez:
Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria.
En todo el día de hoy, Excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de todas las latitudes —de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies— han llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades, para expresar la irrevocable decisión de defender sus derechos. Dos horas hace que la inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado sin embargo un solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están obligados a imponerla no la imponen.
Señor Presidente: Aquí no se oyen aplausos: ¡Solo se ven banderas negras que se agitan!
Señor Presidente: Vos que sois un hombre de universidad debéis comprender de lo que es capaz la disciplina de un partido, que logra contrariar las leyes de la psicología colectiva para recatar la emoción en su silencio, como el de esta inmensa muchedumbre. Bien comprendéis que un partido que logra esto, muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa.
Ninguna colectividad en el mundo ha dado una demostración superior a la presente. Pero si esta manifestación sucede, es porque hay algo grave, y no por triviales razones. Hay un partido de orden capaz de realizar este acto para evitar que la sangre siga derramándose y para que las leyes se cumplan, porque ellas son la expresión de la conciencia general. No me he engañado cuando he dicho que creo en la conciencia del pueblo, porque ese concepto ha sido ratificado ampliamente en esta demostración, donde los vítores y los aplausos desaparecen para que solo se escuche el rumor emocionado de los millares de banderas negras, que aquí se han traído para recordar a nuestros hombres villanamente asesinados.
Señor Presidente: Serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el espíritu de los ciudadanos que llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, para devolver al país la tranquilidad pública. ¡Todo depende ahora de vos! Quienes anegan en sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Esos espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad.
Amamos hondamente a esta nación y no queremos que nuestra barca victoriosa tenga que navegar sobre ríos de sangre hacia el puerto de su destino inexorable.
Señor Presidente: En esta ocasión no os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no transite por caminos que nos avergüencen ante propios y extraños. ¡Os pedimos hechos de paz y de civilización!
Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes. Somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. ¡Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia!
ORACION POR LA PAZ No.2 William Ospina
La primera Oración por la Paz fue pronunciada por Jorge Eliécer Gaitán, dirigente del Partido Liberal Colombiano el 7 de febrero de 1948 durante la Marcha del Silencio en Bogotá, contra la persecución y represión desatada por el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez.
Esta segunda “Oración por la Paz” escrita por el poeta, novelista y ensayista colombiano, William Ospina, fue leída en la Plaza de Bolívar, en el acto central de la Movilización por la Paz y la Democracia.
Hace 65 años se alza desde esta tribuna un clamor por la paz de Colombia. 65 años es el tiempo de una vida humana. Eso quiere decir que toda la vida hemos esperado la paz. Y la paz no ha llegado, y no conocemos su rostro.
Es un pueblo muy paciente un pueblo que espera 65, 70, 100 años por la paz. Cien años de soledad. Un pueblo que trabaja, que confía en Dios, que sueña con un futuro digno y feliz, porque, a pesar de lo que digan los sondeos frívolos, no vive un presente digno y no vive un presente feliz. Aquí no nos dan realidades, aquí se especializaron en darnos cifras. El pueblo tiene hambre, pero las cifras dicen que hay abundancia, el pueblo padece más violencia, pero las cifras dicen que, todo mejora. El pueblo es desdichado pero las cifras dicen que es feliz. Ahora comprendemos que un pueblo no puede sentarse a esperar a que llegue la paz, que es necesario sembrar paz para que la paz florezca, que la paz es mucho más que una palabra. El verdadero nombre de la paz es la dignidad de los ciudadanos, la confianza entre los ciudadanos, el afecto entre los ciudadanos.
Y donde hay tanta desigualdad, y tanta discriminación, y tanto desprecio por el pueblo, no puede haber paz. Allí donde no hay empleo difícilmente puede haber paz. Allí donde no hay educación verdadera, respetuosa y generosa, qué difícil que haya paz.
Allí donde la salud es un negocio, ¿cómo puede haber paz? Donde se talan sin conciencia los bosques, no puede haber paz, porque los árboles, que todo lo dan y casi nada piden, que nos dan el agua y el aire, son los seres más pacíficos que existen. Donde los indígenas son acallados, donde son borradas sus culturas, donde es negada su memoria y su grandeza, ¿cómo puede haber paz? Donde los nietos de los esclavos todavía llevan cadenas invisibles, todavía no son vistos como parte sagrada de la nación, ¿a qué podemos llamar paz? La paz parece una palabra, pero en realidad es un mundo. Un mundo de respeto, de generosidad, de oportunidades para todos. Y hay que saber que lo que rompe primero la paz es el egoísmo.
ALTERNANCIA CON MARITZA S15. GRADO 10-3. ESPAÑOL. HORA: 8:15 a 10:20 am Jueves, 24 de junio
https://meet.google.com/bao-fzdm-ucz
C30 y 31. S15. GRADO 10-3. ESPAÑOL. HORA: 8:15 a 10:20 am
Jueves, 24 de junio
La primera Oración por la Paz fue pronunciada por Jorge Eliécer Gaitán,
Segunda Oración por la Paz. William Ospina
ESTAS CLASES NO SE DICTARON POR EL PILOTO DE ALTERNANCIA EN LA INSTIUCION EDUCATIVA-
C27. S15. GRADO 10-1. ESPAÑOL. HORA: 7:20 a 8:15 am Jueves, 24 de junio ·
https://meet.google.com/yym-awja-ddn
C27. S15. GRADO 10-1. ESPAÑOL. HORA: 7:20 a 8:15 am Jueves, 24 de junio.
WiLLIAM OSPINA: “Es esperanzador lo que está ocurriendo” https://youtu.be/Xl5Ab-y7568
C28. S15. GRADO 10-2. ESPAÑOL. HORA: 6:30 a 7:20 am Jueves, 24 de junio
https://meet.google.com/ayq-rzgh-cbk
C28. S15. GRADO 10-2. ESPAÑOL. HORA: 6:30 a 7:20 am
Jueves, 24 de junio
WILLIAM OSPINA: “Es esperanzador lo que está ocurriendo” https://youtu.be/Xl5Ab-y7568
S14C14 cálculo 11º taller 2 resolución de triángulos rectángulos
En el siguiente documento encontrará la clase de hoy. Tarea 11-1 Realice la actividad 1 en su cuaderno. Investigue …
C28 y 29. S15. GRADO 11-2. ESPAÑOL. HORA: 10:20 am a 12:10 pm Miércoles, 23 de junio
https://meet.google.com/jzz-nwyh-pho
C28 y 29. S15. GRADO 11-2. ESPAÑOL. HORA: 10:20 am a 12:10 pm
Miércoles, 23 de junio
REALIZACION DE TALLER. EJERCICIO DE COMPRENSION LECTORA Y ESCRITURA
ORACIONES 1 y 2 PARA LA PAZ
JORGE ELIECER GAITAN Y WILLIAM OSPINA
C24. S15. GRADO 11-1. ESPAÑOL. HORA: 9:25 a 10:20 am Miércoles, 23 de junio
https://meet.google.com/pzr-dwqt-cin
C24. S15. GRADO 11-1. ESPAÑOL. HORA: 9:25 a 10:20 am
Miércoles, 23 de junio
REALIZACION DE TALLER. EJERCICIO DE COMPRENSION LECTORA Y ESCRITURA
ORACIONES 1 y 2 PARA LA PAZ
JORGE ELIECER GAITAN Y WILLIAM OSPINA